miércoles, 11 de marzo de 2009

El riesgo de que España entre en quiebra se dispara un 700% en apenas un año

El riesgo de que la deuda soberana de España resulte impagada crece un 697% en poco más de un año, según el mercado de credit default swaps (CDS), tras pasar de 18 a 145 puntos básicos. Pese a ello, la rentabilidad de las letras a 3 meses cae a 0,940%, la menor de su historia.

(Libertad Digital) (M. Llamas) El riesgo de impago de la deuda soberana crece por momentos, según reflejan los últimos datos del mercado de CDS, en donde los inversores se refugian mediante el pago de una prima (una especie de seguro) para cubrirse del posible impago (default) de todo tipo de deuda, tanto pública como privada.

El riesgo soberano aumenta en todos los países. De hecho, las dudas también se ciernen sobre la solvencia de grandes potencias, tales como EEUU y Gran Bretaña, cuyos CDS también han registrado importantes subidas en los últimos meses. Así, en la actualidad, el precio de los CDS de los bonos de EEUU se sitúan en cerca de 100 euros frente a los 8 de principios del pasado año, tal y como recoge Bespoke Investment Group. 

Es decir, hoy, un inversor tiene que desembolsar casi 100 euros para garantizar 10.000 dólares en bonos del Tesoro de EEUU a cinco años. Tan sólo en lo que va de 2009, el riesgo se ha disparado un 40,9%. Mientras, los CDS de Gran Bretaña alcanzan los 153,8 dólares, frente a los 8,9 de comienzos de 2008 y los 106,9 de principios de 2009.

Los CDS de Japón (101,1), Kazajistán (1.369 dólares), Irlanda (361), Austria (264) y Alemania (87 dólares) han experimentado los mayores incrementos en lo que va de año, con subidas superiores al 90%. Sin embargo, el riesgo de estos países, exceptuando Kazajistán, se encuentra aún muy alejado de otras economías, tales como Argentina (3.401), Venezuela (2.448), Islandia (1.038,9) o Rusia (766 dólares para cubrir 10.000 en bonos).

Los analistas advierten de que muchos operadores están especulando al alza en este mercado ante la previsión de que el precio de los CDS para garantizar deuda pública siga creciendo en el futuro. Esto evidencia una creciente percepción de riesgo en este tipo de activos que, desde el estallido de la crisis, ha servido como valor refugio frente a la tormenta financiera internacional.
En el caso de España, el riesgo de los bonos se ha disparado desde los 18,2 dólares de inicios de 2008 hasta los cerca de 145,8 que alcanza en la actualidad. Es decir, un aumento próximo al 700% en poco más de un año. Tan sólo en lo que va de 2009, el precio de los CDS españoles ha aumentado un 44,8% (de 100,7 a 145,8 dólares). De este modo, el riesgo de la deuda española se encuentra por encima de la que presenta Bélgica (143,8) o Portugal (133,1), aunque alejado de otros países europeos como Irlanda (361), Grecia (264), Austria (264), Italia (192), Gran Bretaña (153,8) y, en general, todos los países del Este, cuyo riesgo de impago se ha disparado en los últimos meses.

Los bancos piden que se deje quebrar a las entidades "inviables"
La patronal bancaria pide a Solbes que deje quebrar las entidades que no sean viables, en clara referencia a las cajas con problemas y, en concreto, al agujero de más de 3.000 millones de euros que tiene CCM. Advierte que España puede acabar como Japón, con una recesión de más de diez años.


(Libertad Digital) (L. Ramírez) El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, no desea que el Estado acuda al rescate de las empresas en apuros porque considera que "ayudar a sobrevivir a entidades inviables lastra y debilita al conjunto del sistema y eso debería evitarse". Martín realizó estas manifestaciones durante su comparecencia en la Comisión de Economía del Congreso para dar explicaciones sobre la restricción crediticia y los efectos de la crisis financiera internacional.
En el horizonte se vislumbra el rescate de la Caja de Castilla - La Mancha (CCM), que tiene un agujero de más de 3.000 millones de euros por la falta de criterios de mercado en la concesión de créditos y que ha servido al gobierno regional de José María Barreda para realizar inversiones ineficientes. 

Aunque este no es un problema que afecte sólo a esta entidad, ya que la estructura de las cajas de ahorros (con políticos sentados en los órganos directivos) facilita la discrecionalidad en la gestión del negocio y la falta de criterios de mercado.
El Gobierno quiere rescatar a CCM a través del Banco de España, con el Fondo de Garantía de Depósitos, para después fusionarla con Unicaja (también gobernada por un gobierno regional socialista, el de Manuel Chaves). El objetivo de esta operación es que no se conozca la responsabilidad de los gestores de CCM en el agujero patrimonial y que se tapen las vergüenzas de la entidad financiera castellano manchega.
El presidente de AEB puso como ejemplo –para criticar la salvación de entidades- el caso de Japón, donde las ayudas multimillonarias del Estado apenas sirvieron en los años 90 para sacar del colapso a su sistema financiero. De hecho, el país nipón lleva en crisis desde entonces y, según han advertido los economistas del Observatorio Económico de FAES, España podría seguir su camino, con una crisis en forma de L (caída para mantenerse en el suelo), en lugar de la crisis en U (bajada para después subir) que predice el vicepresidente económico, Pedro Solbes.
Martín alertó también de los riesgos del excesivo enedudamiento de la economía española. Hasta ahora, los tipos de interés artificialmente bajos provocaron un incremento de la deuda de las familias y empresas sin precedentes en la historia nacional (generando la burbuja inmobiliaria) gracias a la llegada del euro. Pero en la actualidad es el Estado el que está recogiendo el testigo del sector privado, emitiendo deuda para pagar rescates de empresas ineficientes.
Según el presidente de la patronal bancaria España es uno de los países más endeudados del mundo y por lo tanto el objetivo prioritario es reducir ese endeudamiento. A su juicio, este proceso de desapalancamiento debe hacerse de forma gradual y no brusc,a porque podría llevarse por delante a las entidades financieras.
Martín explicó que las causas de la crisis económica española no tienen que ver sólo con lo que ha ocurrido en EEUU, sino que también, hay razones internas. En particular en lo relacionado con las enormes necesidades de financiación que tiene la economía española.
Subida de la morosidad
El presidente de la patronal, que integra a 61 bancos y 36 sucursales de entidades extranjeras, advirtió de que la solvencia de los prestatarios "se ha deteriorado notablemente", tal y como pone de manifiesto la morosidad, cuya tendencia al alza no tiene visos de mejorar a la luz de la evolución del paro, y añadió que los bancos deben ajustar los criterios de riesgo para garantizar la correcta gestión de los recursos económicos en aras del bien general.
Martín pronosticó que en esta coyuntura las entidades "más fuertes y preparadas" no perderán la ocasión de aumentar su cuota de mercado. "Mantener la competencia es esencial, que un número de jugadores compitan entre sí y lo hagan en igualdad de condiciones", agregó el presidente de la patronal.
Para transmitir "el firme compromiso" de los bancos de satisfacer sus responsabilidades ante la sociedad y la economía española, Martín explicó que la crisis que atraviesa España deriva tanto de la acumulación de desequilibrios durante la fase alcista del ciclo, como de las restricciones internacionales de liquidez, que han agravado el ajuste.
"Los efectos de la crisis internacional nos afectan más que a nadie por el cierre de la financiación", por lo que la AEB pidió la apertura de los mercados y no un nuevo marco de regulación que requiere más elaboración, dijo Martín, si bien subrayó que la crisis internacional es "externa y extraña" al sistema financiero español, que no ha invertido en activos tóxicos ni se sostenía sobre el modelo bancario que ha arrastrado a la quiebra a grandes bancos de inversión.
Martín dijo que las cifras avalan el "enorme esfuerzo" realizado por el sistema bancario español desde agosto de 2007, fecha en que se desató la crisis subprime, mientras que en otros países del mundo el crédito se está contrayendo y el capital de las entidades se está deteriorando, caso que "no es el de España", donde el capital de bancos supera el mínimo regulatorio.
La banca “arrimará el hombro”
Por otra parte, el presidente de AEB aseguró hoy que la banca "arrimará el hombro" para salir de la crisis e insistió en que no se ha cerrado el grifo del crédito "porque seríamos las primeras víctimas si lo hiciéramos".
"Estamos dispuestos a desplegar con inteligencia y tesón nuestras capacidades y no escatimaremos los esfuerzos que nos corresponden", subrayó Martín. En cualquier caso, sí destacó que en España las familias y las empresas padecen la "enfermedad" del sobreendeudamiento, que sólo puede "curarse" reduciendo su nivel de deuda, y recordó que la concesión de crédito está sujeta a tres condicionantes: calidad, liquidez y solvencia.
El presidente de la patronal bancaria insistió en la solidez, eficiencia y competitividad del sistema bancario español pero advirtió de que, para que lo siga siendo, deben llevarse a cabo las reformas "necesarias" tanto de la economía como del sistema bancario.

Keynesianos y liberales de EEUU sólo coinciden en criticar el plan anticrisis de Obama
El debate sobre los planes de estímulo aplicados por el Gobierno de EEUU sigue intacto. Sin embargo, los analistas coinciden en criticar las últimas medidas de Obama. Los keynesianos abogan por más gasto público, los liberales por reducción de impuestos y más mercado.

Libertad Digital (Ángel Martín) Los hay como el Nobel Paul Krugman que, siguiendo su interpretación keynesiana de la Gran Depresión, piensa que el estímulo ha sido "demasiado pequeño" para tener sus efectos positivos como el empleo. Otros destacados economistas como el también premio Nobel, Paul Samuelson, ridiculizan a los analistas que critican los planes de reactivación mediante el creciente gasto público, y pide que se “recuerde a los que frenaron la recuperación estadounidense” en los años 30.

Lo que parece claro a estas alturas es que los planes de estímulo aplicados en EEUU, tanto en lo que concierte al sistema financiero como al sector de la economía real, no están dando los resultados que sus planificadores preveían. Las posiciones contrapuestas en este ámbito se intensifican por momentos.

Por un lado, tanto Krugman como Samuelson afirman que los estímulos han sido muy tímidos y reclaman una mayor contundencia. Advierten de que hay que dejar a un lado la "responsabilidad fiscal" y empezar a relanzar el empleo de nuevo vía gasto público. Alertan que si se dejara a las fuerzas del mercado dirigir la situación, la economía de EEUU entraría en un círculo vicioso de características desastrosas, donde el descenso actual del consumo forzaría a las empresas a despedir a los trabajadores. Éstos, al disponer de menor renta disponible, consumirían todavía menos, proceso que continuaría hasta adentrarse en un agujero muy profundo. Las inversión pública servirá para evitar esta situación, añaden.

Sin embargo, no todos están de acuerdo. Así, algunos economistas rechazan los planes de expansión fiscales, simplemente, porque no funcionarán. Ni funcionaron en los años 30 en EEUU, ni en Japón en los 90 y, por ello, tampoco ahora. Mario Rizzo, profesor de la New York University, ofreció hace pocos días una conferencia en The Club for Growth-Heritage Foundation. Se titulaba La Malasignación de Recursos y la Presente Crisis. Sus cuatro puntos clave, a partir de los cuales evaluar la bondad de los planes de estímulo, eran los siguientes:

1. La principal causa de la actual crisis es la mala política monetaria desde 2002 a 2006.
2. El estímulo no debería reforzar la mala asignación de recursos que ha originado la expansión del crédito anterior.
3. Los planes de estímulo público deberían crear valor económico, no destruirlo. 
4. El mejor estímulo consiste en recortes de impuestos que establezcan los incentivos adecuados para reactivar la actividad económica.

En un nuevo post, critica el Plan de Obama sugiriendo que el “estímulo macroeconómico está diseñado para conseguir precisamente los objetivos equivocados. El problema no es el tamaño (del estímulo, como afirma Krugman) sino su idoneidad”. De este modo, explica que la pérdida de empleos que está sufriendo el país norteamericano se debe a una reasignación masiva de recursos y factores productivos, que se sobre-expandieron al calor del nuevo crédito generado gracias a la política de la Reserva Federal.

Precisamente, estos sectores son los que más empleo están perdiendo, porque son los que se tienen que ajustar a las necesidades de los norteamericanos. Sin embargo, los planes de estímulo público tratan de salvar estos sectores (industria automovilística, sector de los servicios financieros...), que cuentan con un importante componente de demanda artificial. De esta manera se está evitando y retrasando el necesario e inevitable reajuste en la economía productiva, con lo que no se estimula la producción y la economía, sino que lo que se fomenta es la incertidumbre. Por ello, Rizzo concluye que el estímulo no suavizará la recesión, sino que la prolongará.

Al igual que en el caso de la nacionalización, las discrepancias sobre los planes de gasto público se suceden. Estas disensiones son las que comentaba Business Week en el artículo titulado Los economistas se apresuran en discrepar sobre las soluciones de la crisis. Hay quienes piensan que la crisis puede desembocar en una "espiral peligrosa" (mayoritariamente aquí se encuadran los discípulos del británico John Maynard Keynes) y quienes, por el contrario, defienden que esto es un proceso de reajuste y "vuelta a empezar" inevitable (donde estarían prácticamente el resto).

Monetaristas y keynesianos, sumados a los economistas de la Escuela Austriaca que previeron el actual estado de cosas, ha abierto el debate en EEUU acerca de las soluciones a aplicar para paliar los efectos de la mayor crisis económica desde la II Guerra Mundial.